Salvador Dalí fue uno de los artistas más importantes del pasado siglo XX, un auténtico genio que cultivó la pintura, la escultura y la fotografía, logrando hacerse un nombre como artista no solo en España, sino en todo el mundo. Su influyente obra surrealista, fuertemente basada en sus propios sueños y pesadillas, le sirvió para llegar a los museos más importantes del mundo, y para colaborar incluso con cineastas como Alfred Hitchcock, con el que elaboró todo el diseño de arte de una escena de su mítica película Spellbound. Dalí fue un artista diferente y excéntrico pero genial, y son muchos los que se acercan a conocer su casa en Cadaqués, en España, donde vivió con su esposa Gala durante toda su vida, y donde tiene parte de su obra en un museo particular. El resto está repartida por todo el mundo, desde París hasta Nueva York.
De hecho, es en la ciudad norteamericana donde encontramos uno de los cuadros más populares e interesantes del genio catalán. La Persistencia de la Memoria lleva años expuesta en el MoMA, el museo de arte contemporáneo más importante del mundo, y es que es una de las pinturas más destacadas de Dalí, siendo él a su vez una de las bases de todo el modernismo en la pintura, a través de las vanguardias, y en su caso, el surrealismo. La imagen de este óleo sobre lienzo, que es bastante pequeño pero tiene una importancia significativa, es tremendamente conocida y se ha convertido casi en un símbolo para demostrar la futilidad del tiempo. Dalí desarrolló su arte desde muy pronto, y esta fue una de sus primeras pinturas, un cuadro con mucho trasfondo en el que se pueden realizar diferentes lecturas. Nosotros vamos a conocerlo más profundamente.